Vida secreta bajo la escalera

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Mientras me encontraba bajo esta escalera buscando un punto de enfoque, venían a mi memoria otras escaleras, viejas escaleras de viejas casas bajo las que se esconden infinitas historias, infinitos recuerdos, infinitas ilusiones, infinitos miedos, algunos todavía muy vivos en la memoria, algunos todavía sin superar, rincones todavía en sombras donde antaño era negra, impenetrable oscuridad.

Nuestra infancia marcada por una escalera bajo la que se encontraban mil lugares en uno: despensa donde se guardaban los escasos víveres con que matar el hambre que se adueñaba de casi todas las casas del  pueblo, de casi todas las familias, librándose únicamente la de la casa grande, la casa de Doña Ramona al parecer protegida y bendecida por aquel dios a quien daba sus buenos dineros.

También bajo la escalera se encontraba el refugio contra casi todos los males; un camastro de hojas de maíz, o de borra en el mejor de los casos, era el refugio perfecto para esconder los miedos en caso de tormenta, acurrucados contra la madre o la abuela, según los casos, como los polluelos bajo las alas de la gallina. Allí se escondían todos los miedos, perennes o los que nacían entre la oscuridad de la noche o llegaban cabalgando entre los sueños intentando apoderarse de nosotros pero no conseguían entrar en aquel estrecho hueco bajo la escalera.

Era igualmente a la sombra de la escalera donde se tramaban y urdían mil aventuras y travesuras para ejecutar con la ayuda de hermanos y de los demás niños pobres del pueblo, pues raramente intervenía en ellos el niño de la casa grande que tenía sus propios juegos, sus juguetes, su mundo distinto del nuestro, mundo de ropa nueva, brillos y lujos.

La vida continuaba, con hambre o sin ella, con necesidades y sin lujos pero con los sentimientos exuberantes ya fueran miedos, ilusiones, amores, proyectos, etc., que se forjaban y en ocasiones seguían refugiándose bajo la escalera, pequeño y escondido lugar donde todo tenía cabida, sobre todo los sueños y los secretos.

En casi todas las casas sucedía algo parecido, en casi todas el espacio bajo la escalera estaba lleno de miedos primero, secretos y sueños después junto con los primeros amores, los primeros besos fugaces y tímidos pero que quedaron marcados para siempre. Digo que en casi todas las casas porque en la casa grande, la de Doña Ramona, no tenían cabida los miedos, ni los sueños, ni los amores pero creo que era porque la casa grande tenía una gran escalera aérea, sin camastro, ni víveres ni herramientas, que para eso tenía muchas y amplias habitaciones, una gran escalera con balaustrada donde no se podían esconder ni refugiar miedos ni sueños, por eso en aquella casa sólo había secretos pero conocidos por todos, ya que tampoco se podían ocultar bajo la escalera.

Ya esas viejas y entrañables escaleras han ido desapareciendo junto con las casitas que las contenían y con ellas se han ido gran parte de los miedos, secretos, ilusiones y sueños pero los que enraizaron bien bajo las escaleras continúan con vida en un rinconcito de nuestra mente, de nuestra memoria.

Conservemos esas viejas escaleras virtuales, bajo esa otra escalera que todos tenemos en nuestra mente donde refugiarnos, donde guardar los secretos, recuerdos, sueños y sentimientos más entrañables.

–ooOoo–

Y como, a la chita callando, se nos ha echado ya encima el viernes, traigo un poquito de música para recordaros que el fin de semana está a vuestra disposición para usar sin abusar, para aprovecharlo a tope y disfrutar de él sin tregua, sin prisa pero sin pausa, como se dice, sin olvidar el consejo:

¡Cuidaos, vivid la vida intensamente y procurad ser muy felices!

Os dejo con este precioso montaje de Stef con Daveed Tango.

Mis miradas. Primavera.

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Durante mis paseos diarios, entre las miles de miradas buscando elementos dignos de posarse sobre ellos, en estos días ya de firme primavera hay algo que atrae sobremanera la vista y son los colores, bellos colores que salen a nuestro encuentro desde cualquier lado, desde arriba los árboles floridos, desde el suelo las florecillas solas o tapizantes, a lo lejos, a ambos lados de los paseos por parques y jardines, elementos que siempre han estado ahí pero ahora se muestran tras una bufanda florida, florecillas que nos alegran durante apenas unos días antes de caer bajo las cuchillas del cortacésped, etc.

Algunas de ellas las observamos de paso, sobre la marcha pues de no ser así el paseo se haría eterno pero de cuando en cuando no podemos evitar un paradita para observar con más detalle y hasta en algún caso para poder disfrutar de su inocente belleza o de su intenso perfume que nos alegra el momento y el alma.

Disfrutad de esa pequeña muestra de lo que os comento y sobre todo disfrutad de todos los detalles que se nos ofrecen a cada paso, a cada momento.

¡Cuidaos, disfrutad intensamente de la vida y procurad ser muy felices!

 

Mis miradas. Es larga la espera.

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.

Confiaba en que pronto volvería a su lado;

vestida de blanco, lo esperaba

soñando que estaba ya llamando a su puerta.

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El tiempo pasa… nadie llama;

continúa el sueño pero es otro:

ella sigue vestida de blanco,

un sudario

y el sueño…

se trata ya del sueño eterno.

Mis miradas. Poesía.

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Poesía es…

un sentimiento y aquello que lo provoca.

Poesía es todo aquello que hace sublimar el espíritu,

que nos toca el alma, que nos eleva,

poesía es ese paisaje, ese rincón que miramos embelesados,

ese parterre del jardín, ese árbol florido, una simple flor.

Poesía es la mirada de un niño asombrado, entusiasmado,

poesía es esa compañía que nos llena

y que borra el tiempo y nuestros males,

es esa mirada que nos subyuga y nos hipnotiza,

ese silencio que nos transmite tanto sentimiento.

Poesía es tu presencia, tu compañía,

tu mirada, tu susurro al oído o tu silencio

mientras me acaricias con la mirada,

con tus besos, con tus manos…

La poesía está delante de nosotros,

a nuestro lado, a nuestro alrededor,

en las personas o en las cosas;

sólo es preciso mirar atentamente

y leerla con sentimiento, con el corazón.

Poesía es sentir, amar…

poesía es… vivir.

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El sol se va, la juerga viene.

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La ciudad se contempla por última vez

en el espejo del río,

bosteza

y se dispone a disfrutar

del merecido descanso nocturno.

–ooOoo–

Eso la ciudad porque… dado que hoy es viernes y comienza el nuevo fin de semana mi consejo es que aprovechéis ese descanso precisamente cansándoos cambiando de actividad, disfrutando de la noche de la manera más agradable posible, estrujándola hasta saborear la última gota, incluso ya sobrepasado el amanecer; quedan dos días más para descansar de verdad hasta estar a punto para comenzar la siguiente semana, pero esa es ya otra historia.

Comencemos con un poco de música para hacerle ver al cuerpo que la jornada laboral queda aparcada hasta…, ¡uff!, hasta cuando sea menester.

¡Feliz fin de semana!

¡Cuidaos, vivid la vida intensamente y procurad ser muy felices!

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Miradas mientras paseo. Atardecer.

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No llores porque el sol se va;

disfruta de su fiesta de despedida 

y traduce su mensaje de fuego:

 mañana volveré radiante.

Miradas mientras paseo.

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Los árboles se bañan en el río

lavando bien sus copas

antes de comenzar a vestirse de primavera.

 

 

 

Miradas mientras paseo.

Observa y espera anhelante a la luna

sin menospreciar los últimos cálidos rayos de sol.