Mitos y leyendas del País Vasco – Olentzero.


«Izena duenak izana du» 
«Lo que tiene nombre existe»

(Antiguo dicho vasco)

Un personaje entrañable en el País Vasco es Olentzero, una leyenda con distintas versiones sobre su origen según los distintos territorios pero igualmente celebrado en todos ellos y esperado año tras año con ilusión por todos los niños que cada 24 de Diciembre esperan ansiosos su llegada trayéndoles los juguetes como premio a su buen comportamiento durante el año.

De http://mitologiavasca-itsas.blogspot.com.es traigo esta versión sobre su origen.

Olentzero

Hoy voy a contar la historia del Olentzero, he encontrado esta y me parece muy bonita. Todos de pequeños hemos creído en ese hombre bonachón que venia una vez al año a dejarnos regalos o, si nos habíamos portado mal, carbón, pero que trajese lo que trajese, le esperábamos con ilusión. Para recordar un poco aquellos años aquí dejo la historia:

En los bosques de Euskal Herria, hace muchísimos años, vivía un hada muy bella de cabellera amarilla y ojos muy brillantes. Como todas las hadas cuidaba de la gente y estaba acompañada por criaturas como duendes llamados Prakagorri (pantalones rojos) que la ayudaban en todo su trabajo.

Un día que el hada estaba viajando a través de las montañas, mientras estaba peinando sus cabellos en una fuente, los prakagorri le anunciaron que algo había moviéndose entre los helechos. Los duendes gritaron para llamar la atención del hada y ante la sorpresa del hada que no entendía como los humanos habían podido dejarlo abandonado, encontraron un bebé humano. Por ello el hada le dijo al bebé: «tu nombre será Olentzero, porque es una cosa maravillosa haberte encontrado. Y por este acto te daré los regalos de Fuerza, Coraje y Amor, por todo el tiempo que tú vivas». Entonces el hada cogió al niño y lo llevó a una vieja casa en el límite del bosque donde vivían un hombre y una mujer que no tenían hijos. Así que sabiendo el hada que serían muy felices de recibir el bebé lo dejó enfrente de la puerta para que ellos lo encontraran.

Muy pronto, al amanecer, cuando el hombre se levantó a ordeñar las vacas encontró al bebé y corriendo gritó y se lo enseñó a su esposa, muy contentos de haber recibido a ese niño rápidamente lo taparon con una frazada, le dieron de comer y lo tomaron como su hijo. A partir de ese momento, Olentzero creció entre los bosques y se convirtió en un fuerte, amable y saludable hombre que nunca tuvo la preocupación de como había llegado a ser encontrado por sus padres. Olentzero trabajaba todos los días del año haciendo carbón y ayudando a su padre. Pero lo inevitable sucedió y después de muchos años los que habían sido sus padres murieron y Olentzero se quedó muy solo en su casa del bosque haciéndose viejo según pasaban los años. Durante el paso de los años Olentzero fue entristeciendo y se fue dando cuenta de lo que necesitaba era ayudar a otras personas que lo necesitaban.Recordó que en el pueblo había una casa donde vivían los niños que no tenían padres, ellos vivían de lo que la gente del pueblo les daba, esos niños eran muy solitarios como yo, pensó el Olentzero así que trató de hacer algo para que esos niños fueron mas felices.

Así que como Olentzero era muy hábil haciendo cosas con las manos se dispuso a hacer juguetes para los niños y muñecas para las niñas con la idea de darles los juguetes cuando fuera al pueblo a vender carbón. Cuando acabó de hacer las muñecas y los juguetes, los metió todos en un saco y cargo el saco en su burro junto al carbón y marchó al pueblo muy contento pensando en lo que iba a hacer.
Olentzero les dio los regalos a los niños y estuvieron muy contentos, él estuvo jugando con ellos todo el día y contándoles las historias que había aprendido de su padre cuando era pequeño. Los niños y niñas a partir de ese momento amaron mucho al Olentzero y ya no se sintieron tan solos como antes. Olentzero fue muy bien reconocido en el pueblo y cada día cuando llegaba al pueblo a vender su carbón era rodeado por todos los niños.

Esto sucedió durante muchos años hasta que un día hubo una tremenda tormenta en el pueblo, bosque y montañas la cual destruyó muchas cosas. Los truenos, rayos y el frío dejaron muy asustadas a las gentes del pueblo y especialmente a los niños. Un día Olentzero estaba de camino hacia el pueblo y vio un rayo que caía en una casa. Se acercó y vio a unos niños en la casa asustados y pidiendo ayuda dentro de la casa que estaba en llamas. Cubrió a los niños con una manta para protegerles del fuego y los saco de la casa a través de una ventana por el primer piso. Mientras él estaba tratando de salir una gran viga cayó sobre Olentzero provocando que su fuerte y gran corazón se detuviera. Cuando se enteraron las personas del pueblo lloraron por lo sucedido dándose cuenta de que no había nada que ellos pudieran hacer.

En ese mismo momento fueron sorprendidos por una brillante luz que salia de la casa. Mientras nadie pudo ver lo que sucedía dentro de la casa, dentro de ella, apareció el hada que había encontrado al Olentzero cuando era un bebé en el bosque muchos años antes, esta le llamó por su nombre con su dulce voz. El hada le dijo al Olentzero: «Olentzero, tú has sido un buen hombre, lleno de fe y de buen corazón. Has dedicado toda tu vida a hacer cosas para los demás, y has dado hasta tu propia vida para salvar a otras personas. Por lo tanto no quiero que te mueras. Yo quiero que vivas para siempre. De ahora en adelante tu harás juguetes y otros regalos para los niños que no tienen padres y en todos los rincones de Euskal Herria», al oír esto los prakagorris se apresuraron a decir que ellos le ayudarían.

Y a partir de ese momento así sucedió. En la mitad del invierno, al final de cada año, Olentzero va por todos los pueblos de Euskal Herria repartiendo juguetes a los niños que no tienen padres ni abuelos que les hagan regalos. Los niños de todos los pueblos celebran la llegada del Olentzero cantando canciones y esparciendo mensajes de amor.
Muchas personas no creen que el Olentzero exista pero por contra otras sostienen que entre los vascos existe todo lo que tenga un nombre y realmente queramos que exista.

BASAJAUN ‘señor del bosque’

Tomado de «Amaroa, Mitología de Vasconia»

Mitos y leyendas del país vasco.

BASAJAUN ‘señor del bosque’

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Este conocido genio, como su nombre indica, es el señor de los bosques, el señor salvaje dueño de los bosques de Vasconia. Tiene su morada en lo más profundo de los bosques o en cavernas situadas en lugares prominentes. Tiene un enorme cuerpo de forma humana, cubierto de pelo. Su larga cabellera le llega hasta las rodillas, cubriendo casi todo su rostro, su pecho y su vientre. Uno de los pies es de forma humana, pero el otro tiene planta circular, como una gran pezuña.

Basajaun es el protector del bosque y de la naturaleza en general. Especialmente cuida de los rebaños, por lo que, cuando se acerca la tormenta da enormes aullidos para que los pastores pongan a resguardo sus animales. También los protege  de los lobos. Cuando las ovejas perciben que el genio está cerca hacen sonar suscencerros, y así los pastores pueden estar tranquilos porque ese día, o esa noche, saben que el rebaño está protegido de los lobos.

A veces es representado como un ser terrorífico, de carácter maligno, dotado de fuerza colosal y agilidad extraordinaria. Otras veces, aparece en los relatos populares como primer agricultor, como primer herrero y como primer molinero. Es maestro en todos estos oficios, las leyendas cuentan que el hombre le robó el secreto de la fabricación de la sierra, del eje del molino y la técnica para soldar metales.

Cuentan en Oiartzun la leyenda sobre un hombre valiente llamado San Martinico que sonsacó al genio el secreto de la fabricación de la sierra. Basajaun fabricaba sierras en su taller, y San Martinico deseando conocer el secreto maquinó un plan: envió a su criado al pueblo anunciando que su señor había fabricado la sierra. Al oír esto Basajaun, le preguntó al criado: ¿Es que tu amo ha visto la hoja del castaño? El criado contestó: No la ha visto pero la verá. Se lo contó inmediatamente a su señor, y éste fabricó una lámina de hierro dentada al estilo de la hoja del castaño. Por la noche Basajaun fue al taller de San Martinico para comprobar si había fabricado alguna sierra, y al encontrar allí una, le torció alternativamente los dientes queriendo inutilizarla. Pero en vez de inutilizarla mejoró la sierra, y de este modo se propagó por el mundo la sierra de dientes triscados.

Olentzero

 Olentzero en Hendaya (País Vasco francés).

Olentzero, Olentzaro u Olantzaro es un personaje navarro de la tradición navideña vasca. Se trata de un carbonero mitológico que trae los regalos el día de Navidad en los hogares del área geográfica y cultural denominada Euskal Herria, conformada por Euskadi y Navarra (comunidad autónoma y comunidad foral respectivamente de España) y el País Vasco francés (región histórica de Francia). Su origen está en la zona de Lesaca (Navarra, España).1

El personaje

Olentzero es un carbonero que se representa como un hombre grueso, desharrapado, manchado de carbón, de buen comer y borrachín. Aita Donostia lo describe como «cabezón sin inteligencia» (buruhandia, entendimendu gabea) o «puerco barrigudo» (urde tripaundia). Su singular característica es que vive aislado de la sociedad dedicado a hacer carbón vegetal en el bosque gustándole comer y beber bien y cada invierno baja de las montañas a los pueblos.1

La primera referencia en la historia es con los Fueros Navarros. Según el historiador Isasti de Lezo (XVII), Onenzaro es el nombre recibido por la víspera de Nochebuena.

El simbolismo

La hipótesis más extendida es que el origen de Olentzero es anterior a la cristianización de Navarra y que, como indica Claude Labat «el personaje de Olentzero debe ser ubicado dentro de las celebraciones del solsticio de invierno».

Hay constancia de la existencia en el territorio vasco de la conmemoración del solsticio de invierno y el renacimiento de la naturaleza y del sol. En esta línea, el aspecto desharrapado, descuidado y viejo del personaje simbolizaría el tiempo pasado y su quema, manera habitual en la que terminaba el pasacalles del día de Nochebuena, representa la destrucción de toda relación con el «tiempo viejo» y el recibimiento de un nuevo tiempo. El paso de un tiempo que ya muere a uno renovado y lleno de vida, en palabras de J.M. Satrústegui, «supone dejar el camino libre al año que llega».

Esta hipótesis esta relacionada con costumbres locales similares. En Álava, Navarra, La Rioja y la comarca burgalesa de La Bureba el día anterior de Nochevieja viene un hombre que tiene «tantos ojos» como días del año y el día de Nochevieja «tantas narices» como días del año. En Larráun denominan a Olentzaro «el hombre de los 366 ojos».

El cristianismo adaptó las costumbres locales anteriores a sus nuevas creencias. El personaje Olentzero se habría convertido en el anunciador de la noticia del nacimiento de Jesús (como también lo hicieron los gentiles, que coinciden con Olentzero en el tipo de vida aislado que mantienen). Se dota al personaje de un significado cristiano y hogareño acorde con las enseñanzas de la iglesia católica. La comparación con el nórdico Papá Noel, en particular en el País Vasco Francés, fue inevitable.1

La evolución

Desde la representación del «tiempo viejo» hasta la actual encarnación del bonachón carbonero que hace regalos a los niños se ha producido una evolución muy profunda. La mayor parte de la misma se ha realizado en la última parte del siglo XX.

El personaje de leyendas relacionadas con el sincretismo entre la mitología vasca y las tradiciones cristianas locales: un gigante o jentil que se convierte al cristianismo, da paso a las versiones más modernas de un carbonero que vivía en el monte y al que no le gustaban nada los niños. Cuando bajaba al pueblo a vender el carbón los niños se escondían de él. En el siglo XX la figura de Olentzaro incorporó elementos de las tradiciones de Papá Noel-Santa Claus, de los Reyes Magos y del Niño Jesús convirtiéndose en un personaje que el día de Navidad trae regalos a los niños.

 Coro portando un Olentzero en Baracaldo (Vizcaya).

Su historia se ha enriquecido con relatos e iconografía contemporánea. Unas versiones inciden más en los aspectos cristianos de su historia; otras eliminan los aspectos religiosos, pero conservan los mágicos, y otras suprimen todos los aspectos sobrenaturales de su historia, de forma que puede ser seguido por otras religiones e incluso por ateos. Hay versiones que lo convierten en un embajador de buena voluntad y espiritualidad, mientras la publicidad comercial incide en el aspecto de los regalos materiales. Además, algunos grupos inciden en los aspectos de la nacionalidad y la cultura vasca de la tradición, mientras otros los evitan. La versión tradicional lo suele presentar sucio, y fumando en pipa, aunque muchas veces, especialmente para el comercio, se crean muñecos de Olentzero limpios y sin tabaco. Hay quien lo considera una figura burlesca, y otros venerable. Así la canción tradicional de Olentzero, que en muchas versiones lo describe como entendimendu gabea («sin entendimiento»), en otras versiones lo proclama entendimentuz jantzia («(re)vestido de entendimiento»).

http://es.wikipedia.org/wiki/Olentzero