Poesía, relax del alma.

Tras unos días un poco atormentados o más bien tormentosos, agitados en cuerpo y espíritu, necesito o deseo un poco de paz, de calma, de dejar reposar y apaciguar un poco tanto cuerpo como espíritu.
Por eso comienzo la semana con un poco de poesía, en este momento estoy con el gran maestro Benedetti y su poema «Asunción de ti»  que os dejo aquí para que lo vayáis leyendo o escuchando en la propia voz de Benedetti, saboreándolo a la vez que yo lo hago, compartiendo emociones y sentimientos.

Os deseo a todas una semana feliz y provechosa, tanto física como espiritual o emocionalmente.

Asunción de ti  (Mario Benedetti)

Quién hubiera creído que se hallaba
sola en el aire, oculta,
tu mirada.
Quién hubiera creído esa terrible
ocasión de nacer puesta al alcance
de mi suerte y mis ojos,
y que tú y yo iríamos, despojados
de todo bien, de todo mal, de todo,
a aherrojarnos en el mismo silencio,
a inclinarnos sobre la misma fuente
para vernos y vernos
mutuamente espiados en el fondo,
temblando desde el agua,
descubriendo, pretendiendo alcanzar
quién eras tú detrás de esa cortina,
quién era yo detrás de mí.
Y todavía no hemos visto nada.
Espero que alguien venga, inexorable,
siempre temo y espero,
y acabe por nombrarnos en un signo,
por situarnos en alguna estación
por dejarnos allí, como dos gritos
de asombro.
Pero nunca será. Tú no eres ésa,
yo no soy ése, ésos, los que fuimos
antes de ser nosotros.
Eras sí pero ahora
suenas un poco a mí.
Era sí pero ahora
vengo un poco a ti.
No demasiado, solamente un toque,
acaso un leve rasgo familiar,
pero que fuerce a todos a abarcarnos
a ti y a mí cuando nos piensen solos.

Hemos llegado al crepúsculo neutro
donde el día y la noche se funden y se igualan.
Nadie podrá olvidar este descanso.
Pasa sobre mis párpados el cielo fácil
a dejarme los ojos vacíos de ciudad.
No pienses ahora en el tiempo de agujas,
en el tiempo de pobres desesperaciones.
Ahora sólo existe el anhelo desnudo,
el sol que se desprende de sus nubes de llanto,
tu rostro que se interna noche adentro
hasta sólo ser voz y rumor de sonrisa.

Puedes querer el alba
cuando ames.
Puedes
venir a reclamarte como eras.
He conservado intacto tu paisaje.
Lo dejaré en tus manos
cuando éstas lleguen, como siempre,
anunciándote.
Puedes
venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú.
Aunque mi voz te espere
sola en su azar
quemando
y tu dueño sea eso y mucho más.
Puedes amar el alba
cuando quieras.
Mi soledad ha aprendido a ostentarte.
Esta noche, otra noche
tú estarás
y volverá a gemir el tiempo giratorio
y los labios dirán
esta paz ahora esta paz ahora.
Ahora puedes venir a reclamarte,
penetrar en tus sábanas de alegre angustia,
reconocer tu tibio corazón sin excusas,
los cuadros persuadidos,
saberte aquí.
Habrá para vivir cualquier huida
y el momento de la espuma y el sol
que aquí permanecieron.
Habrá para aprender otra piedad
y el momento del sueño y el amor
que aquí permanecieron.
Esta noche, otra noche
tú estarás,
tibia estarás al alcance de mis ojos,
lejos ya de la ausencia que no nos pertenece.
He conservado intacto tu paisaje
pero no sé hasta dónde está intacto sin ti,
sin que tú le prometas horizontes de niebla,
sin que tú le reclames su ventana de arena.
Puedes querer el alba cuando ames.
Debes venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú,
aunque contigo traigas
dolor y otros milagros.
Aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí.

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Hasta pronto Verano, bienvenido Otoño

Se acerca el otoño.

Lentamente, todavía con el atuendo de espléndido verano pero bajo esa apariencia de estío se adivina ya la figura más seria y fría del otoño.

Se acerca el otoño.

Por estos parajes se va vistiendo de colores, los cuerpos comenzarán a abrigarse y a entristecerse pero la vista, antes de que los fríos lleguen, tendrá un espectáculo maravilloso de luces y colores.

Se acerca el otoño.

Pero los árboles nos ofrecerán sus mejores galas llenas de colorido antes del final del espectáculo, antes de hacer mutis desnudándose completamente, antes de retirarse a dormir bajo níveos mantos en espera de la Primavera.

Para despedir al Verano que nos abandona y recibir al Otoño con alegría, nada mejor que un poco de poesía y de música, esta vez a cargo de Benedetti y de Alfonso Maya en otro precioso montaje de Canto a lo Poeta.

Disfrutad de los últimos días de calor y, con un poco más de ropa, os deseo que disfrutéis del Otoño, del Invierno, ambos con preciosas imágenes y paisajes,  y de todos los días de vuestra vida.

Cuidaos y procurad ser felices.

 

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