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La madre naturaleza
al llegar la primavera
comienza cual si vistiera
a pintar con gran destreza.
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Sus lienzos son los paisajes
que viste con mil colores
preciosos, encantadores
sus maravillosos trajes.
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Pinta ríos, pinta mares
montañas y verdes valles
refinando los detalles
entre risas y cantares.
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Moreno bronce en verano
es su color preferido
pues es con gusto admitido
en la piel del ser humano.
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Es el sol brillante oro
rojo fuego los volcanes
sombríos los huracanes
mas el aire es imcoloro.
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El mar de color turquesa
el cielo siempre de azul
las nieblas un tenue tul
plata la luna traviesa.
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Cuando ya el otoño llega
saca todos sus colores
y al árbol de mil amores
toda su gama le entrega.
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Ocres, rojos, amarillo
ornarán su regio porte
todos los que soporte
el presumido arbolillo.
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El invierno su relevo
un blanco lienzo dispone
que en primavera supone
comenzará a pintar de nuevo.
Amalaidea 
Sí que estás estacional, sí…..
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¡Ah! El otoño me inunda, je, je.
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La naturaleza es única y nadie como ella para expresarlo.
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Nunca la apreciaremos suficientemente.
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Ya lo dice su nombre si se escucha atentamente. Naturaleza, luz, vida y belleza. Muy bonito este poema.
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Gracias, Antonio; me alegra que te guste.
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Cuánta belleza amalgamada!
Gracias….
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Gracias a ti, Gabi, por apreciarlo así.
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😉
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Qué lindo quedo este homenaje a la primavera, me vino muy bien con tanto frio que estoy sientiendo. Abrazos y besos Amalaidea.
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Gracias, Vero; un cálido abrazo y un beso.
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