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El silencio y la palabra
se turnan en relevos
dos contra uno.
Cuando busco el silencio
es la palabra quien me persigue
si me enfrento a ella
el silencio toma su lugar.
Difícil lucha es
hacerlo con un fantasma
cuando crees tenerlo
silencio, humo, se esfuma
cuando en la tregua te encuentras
aparece, ataca por sorpresa.
Silencio, palabra, palabra, silencio
siempre quien no esperas
en cada momento.
Incansables, acechan
atacan, se turnan
me cansan, me rinden.
Y quien gana?
Cierto, a veces, es necesario y útil el silencio, para pensar, reflexionar, encontrarse consigo mismo
Pero , somos seres sociales, la palabra enriquece, socializa e incluso ofende
Aún asi, voto por que el tiempo de la palabra, supere al del silencio. 🙂
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Tienes razón pero palabras con palabras casan, palabras con silencio hacen mala pareja. ;-))
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Vaya. Pues mira, yo no había pensado en el matrimonio? . Que corta. Yo conozco un cura, te lo mando?
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Deja, deja, mejor sin curas; conoces algún alcalde o concejal de confianza? Y si tiene buen tipo mejor, lo digo por las fotos.
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Si, ya, por las fotos. … Un dulce nunca amarga verdad?
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¡Jajaj! Y con ejercicio ni siquiera engorda.
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Un bombón, ni eso.ja ja ja
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Shhhh ni una palabra más 😉 muy bueno. muacks
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Gracias, Silvia. Un beso. ;-))
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Esa alternancia entre silencio y palabra y muchas veces equivocado. Buen sábado.
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Si es a destiempo, confunde la mente. Buen sábado, Corazón.
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El silencio cruel enemigo e incansable compañero. Que disfrutes del sábado 🙂
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Igualmente, Antonio, feliz fin de semana
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