El mismo ataúd.

Viernes de nuevo; comienzo de otro fin de semana.

Os preguntaréis si me he vuelto completamente loco, si estoy pensando abandonar este mundo, si es que me he comprado ya el ataúd para mi último «no viaje»; porque llamar el último viaje a la muerte me parece algo de poco sentido y de menos gusto.

Sería en todo caso la última parada del viaje de la vida, última parada sin transbordo ni nueva etapa  después de comer y descansar un rato.

Pues ni me he vuelto loco ni el ataúd es sólo signo de muerte; cuando es con tu compañía, la tuya, mi amor, un ataúd puede resultar excéntrico y extraño pero sigue siendo un buen lugar para disfrutar juntos de unos cuantos juegos, unas cuantas locuras, unas cuantas horas de amor loco y desenfrenado.

Un ataúd considerado sin notas trágicas, puede sugerir muchas maneras de aprovecharlo con imaginación y sobre todo buen humor; como barca, como escondite, como… vosotros veréis como qué, os animáis a compartirlo conmigo?

El título viene a cuento de la canción de Marea, «Los mismos clavos»: «mi casa está donde estás tú ,los mismos ojos, la misma luz; mi casa está donde estás tú, los mismos clavos, la misma cruz, los mismos clavos, el mismo ataúd.»

Que disfrutéis del fin de semana, con ataúd o sin él, que disfrutéis de la vida y del amor y que disfrutéis asimismo de Marea y «los mismos clavos».

Y ya sabéis:

¡Cuidaos, vivid la vida y procurad ser muy felices!

LOS MISMOS CLAVOS (Marea)

Ver letra:

Me dices que me parezco a los caracoles
me sobra techo, me muero en soles,
tras espesura del chaparrón
será que el camino bueno se ha vuelto malo
o que no quiero pegar ni un palo,
que solo quiero escuchar tu voz.

que siempre llego a la deshora que marca el corazón
y que, cuando estamos a solas, molesta el caparazón.

me dicen que tus braguitas revolotean
que lo hacen sólo pa que las vea
que llevan alas de desamor,
será que las ensuciamos tan malamente
que los colchones son mala gente,
que siempre quieren tener razón

que siempre llego a la deshora que marca el corazón
y que, cuando estamos a solas, molesta el caparazón.

mi casa está donde estás tú
los mismos ojos, la misma luz
mi casa está donde estás tú
los mismos clavos, la misma cruz
los mismos clavos, el mismo ataúd