Recuerdos de mi infancia en el blog.

Como un blog viene a ser como un moscardón revoloteando (a veces mosca cojonera), os dejo de fondo «El vuelo del moscardón», de Rimsky Korsakov.

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Hace unos días, no sé el porqué, vi mi publicación de Junio del pasado año al cumplir cinco años con este blog  https://amalaidea.wordpress.com/2015/06/25/sobrevive-cinco-anos-despues-de-ser-abandonada-recien-nacida-en-un-blog-desierto/  y volví a rememorar esos comienzos desde que abrí este blog para intentar vencer mis miedos y mi timidez para expresar mis sentimientos, ya que otro blog que tenía era muy impersonal y quería, aunque no me atrevía, poder expresarme de forma más íntima y personal.

Desde aquellos comienzos hay una cosa muy importante que se mantiene y confío en que seguirá manteniéndose a pesar de los cambios, y es mi amistad con Bruji, mi madrina en el blog, quien me animó y me empujó para que me decidiera a publicar, para que venciese mi timidez y mis miedos (pánico) a expresarme en público; aunque su influencia actual en el blog haya cambiado no así la profunda amistad y cariño mutuo que se mantiene contra viento y marea.Gracias de nuevo, querida Brujita .

En estos casi seis años han ido aumentando las visitas, los seguidores, sobre todo en el 2015 en que las visitas fueron más que el doble de la suma de los cuatro años anteriores.

Estos datos llevan a reflexiones personales y examen de la situación. Si bien por un lado causan satisfacción todas esas visitas, máxime cuando no promociono el blog en otras redes, ni hago nada especial por atraer visitas ni seguidores, lo que más me gusta es que los visitantes son menos de la mitad de las visitas, lo que quiere decir que cada visitante lee más de dos entradas de promedio.

Otra satisfacción es la relación creada con otros blogs y blogueros de los que hay mucho que aprender, al margen del tiempo que lleven publicando. Unos los sigo habitualmente y otros visito esporádicamente; siento no poder seguir como mínimo a todos los que me siguen pero eso, además de agobiarme un poquito, me distrae y resta tiempo de reflexión y para publicar con la calma debida.

Pido disculpas a cuantos os merecéis seguiros y apoyaros pero no quiero desperdigarme por la red y dejar de ser yo mismo (o yo misma, como persona).

Así que a la vez que os agradezco todas vuestras visitas, comentarios, apoyos y cariño recibido, pido disculpas por no corresponder a todos en la misma forma y con la misma intensidad con que lo hacéis conmigo.

Ha habido momentos en que me he dejado arrastrar por ese torbellino y he tenido que frenar, resituarme, procurar no perder demasiado de mi forma de ser y de la esencia de lo que quiero que sea este blog: un lugar agradable de visitar, un rincón donde descansar de los problemas y preocupaciones diarias.

Dejo aquí estas reflexiones confiando en que haya logrado mis objetivos, en cuanto a poder expresarme y que os resulte agradable el ratito que pasáis por aquí.

Para finalizar, mi deseo de un feliz fin de semana y mi consejo habitual:

¡Cuidaos, vivid la vida y procurad ser muy felices!

 

 

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