Para endulzar el lunes, amargo para los trabajadores después de la fiesta, me decido a traer una canción que tenía ya casi olvidada; se trata de un precioso romance popular español titulado «El Conde Olinos», musicalizado e interpretado magistralmente por el cantante Joaquín Díaz. Deseo que os guste y que vuestra semana sea venturosa, provechosa y feliz.
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Romance del conde Olinos
Madrugaba el conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
se oye un hermoso cantar,
las aves que iban volando
se paraban a escuchar.
Bebe caballito, bebe,
Dios te me libre del mal,
de los vientos de la tierra
y de las furias del mar.
Desde las torres más altas
la reina le oyó cantar,
mira hija cómo canta
la sirena de la mar.
No es la sirenita, madre,
que esa tiene otro cantar,
es la voz del Conde Olinos
que por mí penando está.
Si es la voz del Conde Olinos
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.
No le mande matar madre,
no le mande usted matar,
que si mata al conde Olinos
a mí la muerte me da.
Guardias mandaba la reina
al conde Olinos buscar,
que le maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar.
La infantina con gran pena
no cesaba de llorar,
él murió a la medianoche
y ella a los gallos cantar
A ella como hija de reyes
la entierran en el altar,
a él como hijo de condes
unos pasos más atrás.
De ella nace un rosal blanco,
de él nació un espino albar;
crece el uno, crece el otro
los dos se van a juntar.
Las ramitas que se alcanzan
fuertes abrazos se dan,
y las que no se alcanzaban
no dejan de suspirar.
La reina, llena de envidia,
ambos las mandó matar.
El galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza,
de él un fuerte gavilán,
juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan par a par.
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