“Yo no puedo darme el lujo de pensar en caerme”.
Es importante creerse importante. No me refiero a tener un ego al cual rendir pleitesía. Me refiero a darse cuenta del poder que tiene este espíritu, este cuerpo y esta mente que llamo yo.
Algunas personas me dicen que por qué me esfuerzo tanto reciclando, por ejempo. Allí está China con sus más de 1300 millones de habitantes, contaminando sin riendas, para promover el desarrollo. O “todo lo que tú reciclas, el de al lado lo bota”.
El asunto es que yo me siento muy importante. Mejor dicho, sé que soy muy importante, tan importante como cualquier presidente que se les pase por la cabeza. Yo sé que cada pensamiento, cada palabra y cada acción que tome, es importante.
Si yo creyera que no soy importante, entonces mi pensamientos, mis palabras y mis acciones tampoco lo serían. Es importante ser mamá. Es importante escribir. Es importante esforzarse en dejar un sitio mejor a cómo se encontró, como me enseñaron en los scouts. Ese sitio es mi mundo. Y si ese “mejor” quiere decir que puse una sonrisa en la cara de unas cuantas personas, y si quiere decir que puse el dinero de mis compras en un sitio que haga una diferencia en la vida de alguien (así sea que así pudo pagarse el pasaje para regresar a su casa) entonces, me siento satisfecha.
Alguien importante “no puede darse el lujo de pensar en caerse” . Porque sabe que es importante, que sin ella (o él ) el mundo de otros se puede venir abajo. Yo añadiría que, aunque se caiga, no puede darse el lujo de quedarse abajo. Tiene que levantarse. Porque sabe que es importante.
Esa frase que escribí al comienzo me la dijo una mamá que está pasando por un período muy difícil en su vida. Yo le dije que la admiraba, pues no sabía cómo no había sucumbido aún. La frase “no puedo darme el lujo de pensar en caerme” fue su respuesta. Me dijo -como tantas otras mamás- que la razón era que su hijo dependía de ella.
Pienso que con el paquete de la cigüeña llega una carta que dice “eres importante”, sin destinatario. Los que por voluntad propia deciden tomarla, se convierten en padres… para siempre. En otras palabras, ellos mismos deciden ser importantes… para siempre, no importa qué edad tengan. Nunca podrán darse el lujo de pensar en caerse, o de quedarse en el suelo si se caen, porque saben que son importantes, para siempre. Sin embargo, a veces la cartita se pone amarilla, y lleva tanto tiempo guardada, que ésta cae en el olvido. Entonces hay que sacarla, desempolvarla y leerla bajo una intensa luz.
Amalaidea 